Viajes a Rusia Moscú República Checa Ucrania
Fotos de un viaje en Moscu Rusia
08 DIAS RUTA MOSCÚ
- SAN PETERSBURGO
CATEGORIA "TURISTA SUPERIOR" TEMPORADA ALTA
LO MEJOR DE
RUSIA TURISTICA 12 DIAS
MOSCÚ ZAGORSK ROSTOV YAROSLAVL KOSTROMA SUZDAL VLADIMIR SAN PETERSBURGO
MOSCÚ ZAGORSK ROSTOV YAROSLAVL KOSTROMA SUZDAL VLADIMIR SAN PETERSBURGO
TOUR POR LAS CIUDADES MEDIEVALES DE LA ANTIGUA RUSIA
CATEGORIAS "TURISTA SUPERIOR y TURISTA PLUS.
"STOP OVER EN SAN PETERSBURGO 03 DIAS EN "LA VENECIA DEL NORTE DE RUSIA"
"BUDAPEST BRATISLAVA VIENA PRAGA DRESDEN BERLIN" 12 DIAS
UCRANIA CLASICA: KIEV ODESA 05 DIAS
UCRANIA INOLVIDABLE: KIEV YALTA
ESCANDINAVIA MAGICA Y FIORDOS NORUEGOS 11 DIAS
DINAMARCA, NORUEGA Y SUECIA: COPENHAGUE OSLO BERGEN SOGNEFJORD GEILO KARLSTAND ESTOCOLMO
República Checa (Praga, Karlovy Vary)
MINIPAQUETE DE 03 DIAS EN LA CAPITAL DE RUSIA MOSCU - MOSCOW
Reflejo de su clima continental de altibajos
drásticos, Moscú es una ciudad de extremos. Aquí, o hace
un frío tremendo, o un calor sofocante (aunque, en mayo, junio o
septiembre, es un paraíso terrenal). Aquí la gente o tiene un
montón de dinero, o no tiene casi nada. Las mujeres llevan o las
faldas muy cortas o hasta los tobillos. Nos cuesta seguir el
término medio, las pautas marcadas y corrientes; no nos gusta
tomar decisiones previsibles y obedecer las reglas. Así que
lanzarse a descubrir Moscú puede convertirse en una verdadera
aventura.
Antes de ir a Moscú hay que prepararse para caminar largas distancias. Las dimensiones de la ciudad impresionan: carreteras de 10 o 14 carriles de anchura, edificios de centenares de metros de longitud, extensas zonas verdes (o blancas, según la estación del año) por toda la ciudad. Se puede explorar a pie, para detenerse en cada edificio; en metro, que fue concebido en los años 30 como el palacio verdadero y la gloria eterna del pueblo trabajador soviético; o también en tranvías y trolebuses, que todavía son muy comunes en la ciudad. Existe otro medio de transporte que son lasmashinas, coches particulares (Ladas, Moskvichis, Zhigulis) de edad generalmente bien avanzada y con taxistas de todo tipo de etnias que están por todas partes, dispuestos para llevar a uno cuando quiera y adonde sea. Hace falta solo acercarse al borde de la carretera y extender la mano, dos o tres coches frenan enseguida y forman una cola para regatear el precio, por lo que es recomendable aprender unos cuantos números en ruso: "Dvesti" – "Ñet, trista" – "Dvesti piátdesiát" – "Da, payéjali" ("200" – "no, 300" – "250" – "Vale, sube"). En general una vuelta por el centro (¡que es muy grande!) cuesta unos 200-400 rublos (5-10 euros), depende de la distancia.
Con un poco de ganas e imaginación uno puede encontrar aquí una ciudad folclórica (el Kremlin y el monasterio Novodiévichy), una romántica (la ruta de bulevares), una utópica de ortodoxia bizantina (los catedrales e iglesias abundantes de cúpulas doradas), una de socialismo triunfante (metro de Moscú) o una de comunismo inaccesible (proyectos de Sokol y Minfin).
Dar una vuelta por la línea circular del metro de Moscú. Concebido en los años 30 como el palacio para el pueblo, el metro sigue siendo una de las mayores atracciones de la ciudad. Doce estaciones de la línea circular son las más antiguas e impresionantes. Se puede dar una vuelta completa saliendo en cada estación el fin de semana o a las primeras o últimas horas del día. En una jornada normal, entre semana, en vez de los mosaicos y pinturas de la utopía comunista, lo que se ve es un muro de espaldas cargadas de horas de trabajo o bien un fresco de rostros ceñudos, ambos nada extraños en el día a día moscovita.
Seguir el ejemplo de los músicos de Scorpions y bajar al Park Gorkogo (Parque de Gorky, entre las estaciones Oktiabrskaya y Park Kultury) que últimamente se ha convertido en el lugar predilecto del ocio moscovita. En verano es un paraíso cultural y deportivo con wifi gratis, mesas de pimpón, hamacas para tomar el sol, cine y bailes al aire libre, bicis de tierra y agua para alquilar, exposiciones artísticas y cafés muy románticos. En invierno la gente se traen esquís y patines mientras las cafeterías sacan las ofertas con el vino caliente glintvein y café irlandés.
Caminar por la ruta de bulevares descubriendo a pie y sin prisa las curiosidades de la ciudad. Moscú es de estructura circular: El Kremlin, el corazón de la ciudad, está rodeado por cuatro anillos, el primero de los cuales y el más “pequeño” (a escala moscovita, claro) es el de los bulevares. Se puede empezar, por ejemplo, desde el metro Arbatskaya (donde comienza la mítica calle peatonal Arbat) hasta Pushkinskaya (meta para los peatones más entrenados), yendo en sentido contrario a las agujas del reloj en dirección a Kropótkinskaya. Ahí espera la catedral mas grande de Moscú, la de Cristo El Salvador.
Hacer las compras en el rastro de Izmáylovo o Vernisázh(metro Partizanskaya), una verdadera ciudadela con sus calles de madera y el Kremlin de piedra blanca recién construido. Los fines de semana es todo un espectáculo con los osos ybalalaikas, la gente disfrazada y una variedad tremenda de regalos cuyo precio hay que regatear. Al final del mercadillo, a la izquierda, se pueden encontrar gramofónos y planchas del siglo XIX, las medallas y muñequitas soviéticas... En fin, cualquier cosa que haya conseguido salvarse tras guerras, revoluciones y perestroikas.
Lavarse en la bania rusa (baños públicos) y dejarse azotar por el viénik (ramos secos de roble o abedul). Los habituales de losbanias dicen que, para tener el mejor vapor, hay que ir a laSeleznevskaya bania (Seleznevskaya 15, metro Novoslobodskaya), mientras los aficionados a la estética visual y tradición histórica prefieren la Sandunovskaya bania un complejo de tres edificios de finales del siglo XIX en la calle Neglinnaya 14/3-7, aunque la historia de estos baños se remonta a principios de dicho siglo. Entre los grandes asiduos de Sanduní se encuentran Lev Tolstói, Anton Chéjov, Fyódor Shalyapín y otros famosos de la época.
Descubrir la ciudad utópica de los años 20 y 30 a través de sus dos proyectos mas destacados, perdidos en la ciudad y en el tiempo. Los años 20 marcaron una época de esperanzas y entusiasmo, cuando proliferaban los proyectos mas atrevidos sobre cómo y dónde se iba a vivir en el futuro ideal. Según el concepto de la ciudad-jardín, fue creada la colonia comunitaria Sókol, compuesta de chalés de diseño (hay isbas nórdicas, casas-talleres y hasta un palacete moro) y jardines. Hoy en día la comuna se parece más a una zona de dachas en pleno corazón de la ciudad (metro Sókol), donde siguen viviendo los descendientes de aquellos comunitaristas autogobernantes que defienden con todas sus fuerzas los terrenos perdidos entre rascacielos y anchas carreteras: ahora estos recintos de tierra moscovita cuestan millones de euros.
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Antes de ir a Moscú hay que prepararse para caminar largas distancias. Las dimensiones de la ciudad impresionan: carreteras de 10 o 14 carriles de anchura, edificios de centenares de metros de longitud, extensas zonas verdes (o blancas, según la estación del año) por toda la ciudad. Se puede explorar a pie, para detenerse en cada edificio; en metro, que fue concebido en los años 30 como el palacio verdadero y la gloria eterna del pueblo trabajador soviético; o también en tranvías y trolebuses, que todavía son muy comunes en la ciudad. Existe otro medio de transporte que son lasmashinas, coches particulares (Ladas, Moskvichis, Zhigulis) de edad generalmente bien avanzada y con taxistas de todo tipo de etnias que están por todas partes, dispuestos para llevar a uno cuando quiera y adonde sea. Hace falta solo acercarse al borde de la carretera y extender la mano, dos o tres coches frenan enseguida y forman una cola para regatear el precio, por lo que es recomendable aprender unos cuantos números en ruso: "Dvesti" – "Ñet, trista" – "Dvesti piátdesiát" – "Da, payéjali" ("200" – "no, 300" – "250" – "Vale, sube"). En general una vuelta por el centro (¡que es muy grande!) cuesta unos 200-400 rublos (5-10 euros), depende de la distancia.
Con un poco de ganas e imaginación uno puede encontrar aquí una ciudad folclórica (el Kremlin y el monasterio Novodiévichy), una romántica (la ruta de bulevares), una utópica de ortodoxia bizantina (los catedrales e iglesias abundantes de cúpulas doradas), una de socialismo triunfante (metro de Moscú) o una de comunismo inaccesible (proyectos de Sokol y Minfin).
Dar una vuelta por la línea circular del metro de Moscú. Concebido en los años 30 como el palacio para el pueblo, el metro sigue siendo una de las mayores atracciones de la ciudad. Doce estaciones de la línea circular son las más antiguas e impresionantes. Se puede dar una vuelta completa saliendo en cada estación el fin de semana o a las primeras o últimas horas del día. En una jornada normal, entre semana, en vez de los mosaicos y pinturas de la utopía comunista, lo que se ve es un muro de espaldas cargadas de horas de trabajo o bien un fresco de rostros ceñudos, ambos nada extraños en el día a día moscovita.
Seguir el ejemplo de los músicos de Scorpions y bajar al Park Gorkogo (Parque de Gorky, entre las estaciones Oktiabrskaya y Park Kultury) que últimamente se ha convertido en el lugar predilecto del ocio moscovita. En verano es un paraíso cultural y deportivo con wifi gratis, mesas de pimpón, hamacas para tomar el sol, cine y bailes al aire libre, bicis de tierra y agua para alquilar, exposiciones artísticas y cafés muy románticos. En invierno la gente se traen esquís y patines mientras las cafeterías sacan las ofertas con el vino caliente glintvein y café irlandés.
Caminar por la ruta de bulevares descubriendo a pie y sin prisa las curiosidades de la ciudad. Moscú es de estructura circular: El Kremlin, el corazón de la ciudad, está rodeado por cuatro anillos, el primero de los cuales y el más “pequeño” (a escala moscovita, claro) es el de los bulevares. Se puede empezar, por ejemplo, desde el metro Arbatskaya (donde comienza la mítica calle peatonal Arbat) hasta Pushkinskaya (meta para los peatones más entrenados), yendo en sentido contrario a las agujas del reloj en dirección a Kropótkinskaya. Ahí espera la catedral mas grande de Moscú, la de Cristo El Salvador.
Hacer las compras en el rastro de Izmáylovo o Vernisázh(metro Partizanskaya), una verdadera ciudadela con sus calles de madera y el Kremlin de piedra blanca recién construido. Los fines de semana es todo un espectáculo con los osos ybalalaikas, la gente disfrazada y una variedad tremenda de regalos cuyo precio hay que regatear. Al final del mercadillo, a la izquierda, se pueden encontrar gramofónos y planchas del siglo XIX, las medallas y muñequitas soviéticas... En fin, cualquier cosa que haya conseguido salvarse tras guerras, revoluciones y perestroikas.
Lavarse en la bania rusa (baños públicos) y dejarse azotar por el viénik (ramos secos de roble o abedul). Los habituales de losbanias dicen que, para tener el mejor vapor, hay que ir a laSeleznevskaya bania (Seleznevskaya 15, metro Novoslobodskaya), mientras los aficionados a la estética visual y tradición histórica prefieren la Sandunovskaya bania un complejo de tres edificios de finales del siglo XIX en la calle Neglinnaya 14/3-7, aunque la historia de estos baños se remonta a principios de dicho siglo. Entre los grandes asiduos de Sanduní se encuentran Lev Tolstói, Anton Chéjov, Fyódor Shalyapín y otros famosos de la época.
Descubrir la ciudad utópica de los años 20 y 30 a través de sus dos proyectos mas destacados, perdidos en la ciudad y en el tiempo. Los años 20 marcaron una época de esperanzas y entusiasmo, cuando proliferaban los proyectos mas atrevidos sobre cómo y dónde se iba a vivir en el futuro ideal. Según el concepto de la ciudad-jardín, fue creada la colonia comunitaria Sókol, compuesta de chalés de diseño (hay isbas nórdicas, casas-talleres y hasta un palacete moro) y jardines. Hoy en día la comuna se parece más a una zona de dachas en pleno corazón de la ciudad (metro Sókol), donde siguen viviendo los descendientes de aquellos comunitaristas autogobernantes que defienden con todas sus fuerzas los terrenos perdidos entre rascacielos y anchas carreteras: ahora estos recintos de tierra moscovita cuestan millones de euros.